HOMENAJE AL Dr. CARLOS CANSECO GONZÁLEZ

Distinguidas autoridades rotarias y gubernamentales,
Importantes invitados especiales,
Amigas y amigos todos:

El 14 de enero pasado nos conmovió la noticia del fallecimiento de uno de nuestros héroes, el Dr. Carlos Canseco.
Si bien no tuve la suerte de conocerlo personalmente, me siento muy identificada con toda su trayectoria, debido a que formo parte de una familia rotaria desde 1955. La situación familiar de hija y esposa de rotarios me permitió conocer desde sus comienzos una extraordinaria campaña que Rotary emprendió en la década de los años 80.
Confieso que escuchaba con una cierta indiferencia sus conversaciones llenas de asombro cuando se referían, primero a Filipinas y más adelante hablaban de un doctor Canseco y comentaban que Rotary había decidido vacunar contra la poliomielitis a todos los niños del mundo.
Recién cuando yo también comencé a formar parte activa de esta organización, fui conociendo a ese ex Presidente de Rotary y su campaña. Entonces, mis sentimientos hacia él fueron primero de admiración y luego de un gran afecto.
Por este motivo, agradezco al Gobernador de Distrito el honor de designarme para rendir este homenaje.
No fue casualidad el que Rotary eligiera a la poliomielitis para comenzar esa mega campaña, o que su iniciador fuera el Dr. Canseco. La campaña PolioPlus, que así se la llamó, fue el feliz resultado de la convergencia de ciertas circunstancias con la persona adecuada, en el momento apropiado.
Pero para llegar a ese glorioso momento debieron transcurrir varias décadas de marchas y contramarchas que resumiré brevemente.
Comenzamos en la Convención de 1923 cuando, con la finalidad de garantizar la autonomía de los clubes para elegir sus actividades, se desaconsejó instrumentar programas centralizados, a fin de contrarrestar una propuesta de que Rotary emprendiera un programa de tratamiento y rehabilitación de niños lisiados, servicio que proporcionaban algunos clubes estadounidenses.
La prohibición se debilitó cuando el Presidente 1963-64 Carl Miller inició un programa de hermanamiento entre clubes y distritos rotarios, cuyo éxito dio origen al programa Servicio en la Comunidad Mundial.
Y a su vez el éxito y popularidad de este Programa, estimuló al Presidente Electo Clem Renouf para proponer la instauración del programa Salud, Nutrición y Desarrollo Humano, conocido como 3H por sus siglas en inglés. 3H estaba destinado a atender problemas humanos que estuvieran fuera de las posibilidades de todo club o distrito. Se acordó que su administración y financiación estuviera a cargo de LFR.
Paralelamente, se habían producido dos hechos auspiciosos: por una parte, en 1979 se había logrado erradicar una enfermedad: la viruela. Por otra, el doctor Albert Sabin, que era miembro de un club rotario de Cincinatti, había descubierto la vacuna oral antipolio.
Ya se contaba con los elementos para que en 1979 Rotary decidiera emprender un proyecto 3H de grandes dimensiones en Filipinas, país que era particularmente castigado por la poliomielitis. Con esa finalidad se destinó una partida de 760.000 dólares, para proveer y distribuir la vacuna antipolio a 6.300.000 niños.
Es en este momento cuando tenemos que relacionar al Dr. Canseco con los importantes proyectos internacionales que se gestaban en Rotary.
El Dr. Carlos Canseco González había nacido en 1921 en Tampico, México. Se recibió de Médico Cirujano y Partero en México y luego, se especializó en Estados Unidos, primero en Alergología y más adelante, también en Inmunología Clínica.
Se lo conocía como una persona pulcra, de vestir sobrio y elegante, con su infaltable corbata de moño. Todos recuerdan el buen humor siempre presente en sus discursos, frecuentemente interrumpidos por las risas del público. Su frase preferida era: “Trascender en el prójimo.” Se casó con Aurora Villarreal y su familia actualmente estaba compuesta por 10 hijos, 28 nietos y 19 bisnietos.
En 1971, siendo Secretario de Salud en Monterrey, instituyó el “Día Nacional de Vacunación” y la polio disminuyó bruscamente de un año para el otro, con lo cual demostró la eficacia del método vertical de vacunación.
Su deseo de “educar para la salud” se manifestó también cuando, junto con varios empresarios locales, creó el Club de Fútbol de Monterrey.
De su extenso currículo podemos destacar que fue designado Doctor Honoris Causa por las universidades Autónoma de Nuevo León, de las Américas de Puebla, de Seúl y de Milwakee, y que en 2002 fue elegido por la Organización Panamericana de la Salud como uno de los once “Héroes de la Salud Pública” del siglo XX.
Recibió condecoraciones otorgadas por Costa de Marfil, República Federal Alemana, Perú, Brasil, República Dominicana, Venezuela y Colombia. Entre ellas, destaco que el Senado de la República Mexicana le otorgó la Medalla de Honor “Belisario Domínguez”, la cual se entrega a quienes se han distinguido por su ciencia y virtud en grado eminente, como servidores de la Patria o de la Humanidad.
En 1950 ingresó al Club Rotario de Monterrey, A los cinco años, ya había sido Presidente del Club y a los nueve, fue Gobernador de Distrito. De sus innumerables actividades rotarias posteriores, sólo menciono las de Presidente de la Convención de Houston, Presidente de La Fundación Rotaria y Presidente de Rotary International.
Cuando lo invitaron a presidir Rotary y le preguntaron cuál sería el programa que propondría, respondió: “Para mí, una forma de que Rotary se diera a conocer como institución de servicio, sería controlar la poliomielitis.”
La campaña por él propuesta finalmente se llamó PolioPlus. Polio, se refería a una vacunación vertical contra la poliomielitis y Plus, a la vacunación horizontal de otras enfermedades contagiosas.
En un discurso pronunciado en 2003, en la Facultad de Medicina de la Universidad Miguel Hernández, relataba de esta manera los comienzos del programa:
“Con experiencia en Salud Pública en el Estado de Nuevo México, en 1972 participé en los Primeros Días Nacionales de Inmunización contra la Poliomielitis. En esa ocasión cambiamos la estrategia de inmunizar horizontalmente por la inmunización vertical, es decir, capturar en el menor tiempo el mayor número de susceptibles para evitar la transmisión del virus salvaje de la Polio. Con la estrategia que venía siguiendo la OMS desde hacía más de 25 años, menos del 40% de los menores de 1 año habían recibido la vacuna oral contra la Polio.
Alentados por los resultados promisorios de este cambio de estrategia la continuamos, y en 1983 hicimos la vacunación que marcó el principio del final de esta enfermedad en México. Ese mismo año fui invitado a presidir Rotary International y mi principal preocupación fue lograr que Rotary conviniera en aceptar mi propuesta de controlar la Polio con un programa corporativo, el primero en su historia. Rotary tuvo que luchar contra la OMS, en donde consideraban imposible la realización de Días Nacionales de Inmunización por falta de presupuesto para la movilización social.
Finalmente, aceptaron darnos 2 años para probar que teníamos razón; pero les puse una condición, que al principio parecía inalcanzable: la admisión de Rotary en la Organización Mundial de la Salud como Organización No Gubernamental.
En Enero de 1985 nos aceptaron, y anuncié en la Asamblea Internacional en Nashville, que iniciaríamos junto con la OMS un programa corporativo para controlar la Polio en el mundo.
Dos años más tarde la prevalencia de la Polio en el mundo había caído un 50%. Este resultado animó a los Directores de la OMS a proponer su erradicación, es decir, eliminar hasta el último virus salvaje de la Poliomielitis.
Este cambio en nuestro objetivo inicial obligó a reforzar la colaboración de Rotary y la OMS con otras Organizaciones y así fue como se estableció el Comité Internacional para la Erradicación de la Polio.”
Hasta aquí, las palabras de Carlos Canseco. No comento el estado actual de la campaña por ser ampliamente divulgado y conocido por todos nosotros.
Falleció el 14 de enero pasado, a los 87 años. Cuando comencé a buscar información gráfica para este homenaje, me sorprendió la gran cantidad de bustos y estatuas que se le erigieron en vida en varias ciudades, como así también plazas y paseos públicos con su nombre. Ustedes ya lo vieron.
Acá en Cuyo, el entonces Distrito 4860 también contó con su distinguida presencia, cuando el Presidente de Rotary Robert Barth, lo designó su representante para la  Conferencia de Distrito de 1994, durante la Gobernación de nuestro amigo Luis Zea.
En esa ocasión, Carlos Canseco se refirió a la PAZ con los siguientes términos:
“La paz no es la ausencia de guerra, lo ha dicho cientos de gentes. Y entonces, ¿qué es? La paz es un estado de ánimo que, raramente, mueve sentimientos de fraternidad a los que nos rodean, que nos permite llevarnos  mejor.
No podemos lograr que haya paz con un casco y un fusil. Simplemente una buena predisposición para entendernos con nuestros vecinos. La paz está al alcance de nosotros, en nuestras casas, en nuestros negocios, en nuestra comunidad, y finalmente, entre los pueblos del mundo.
La vamos a alcanzar con un aumento masivo de fuerzas, la vamos a alcanzar con justicia, con honestidad, con tolerancia, con comprensión y con buena voluntad. Ésas son las armas con las que Rotary puede alcanzarla: justicia, equidad, comprensión, buena voluntad y tolerancia.”
Amigos: Sólo me resta decir: ¡Gracias, Maestro Carlos Canseco! ¡Gracias por pensar en un mundo más feliz para toda la humanidad!
Muchas gracias a ustedes.

Norma Beatriz Kalejman
RCSJC